miércoles, 28 de junio de 2006

Les passantes (poème de Antoine POL)

Je veux dédier ce poème,
A toutes les femmes qu'on aime,
Pendant quelques instants secrets.
A celles qu'on connaît à peine,
Qu'un destin différent entraîne,
Et qu'on ne retrouve jamais.

A celle qu'on voit apparaître,
Une seconde à sa fenêtre,
Et qui, preste, s'évanouit.
Mais dont la svelte silhouette,
Est si gracieuse et fluette,
Qu'on en demeure épanoui.

A la compagne de voyage,
Dont les yeux, charmant paysage,
Font paraître court le chemin.
Qu'on est seul, peut-être, à comprendre,
Et qu'on laisse pourtant descendre,
Sans avoir effleuré sa main.




Las transeúntes (poema de Antoine Pol)

Quiero dedicar este poema,
A todas la mujeres que amamos,
Durante algunos instantes secretos.
A aquellas que apenas conocemos,
Que un destino diferente se lleva,
Y que no volveremos a encontrar.

A la que vemos aparecer,
Un segundo en su ventana,
Para, rápidamente, desvanecerse.
Pero su esbelta silueta,
Es tan graciosa y ligera,
Que permanece en nosotros.

A la compañera de viaje,
Que sus ojos, precioso paisaje,
Hacen que el camino parezca más corto.
Parece que solo nosotros lo sabemos,
Y aún así dejamos que baje,
Sin haber rozado su mano.

martes, 20 de junio de 2006

“Brooklyn Follies” de Paul Auster

Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn, de manera que al día siguiente salí de Westchester y fui para allá a reconocer el terreno. No había vuelto en cincuenta y seis años, y no me acordaba de nada. Mis padres se habían ido de la ciudad cuando yo tenía tres años, pero el instinto me llevó al barrio donde habíamos vivido, arrastrándome como un perro herido al lugar donde nací. Un empleado de una agencia inmobiliaria de la zona me enseñó media docena de pisos en edificios de piedra rojiza, y a última hora de la tarde había alquilado un apartamento de dos habitaciones con jardín en la calle Uno, sólo a media manzana de Prospect Park. No tenía idea de quiénes eran mis vecinos, y no me importaba. Todos trabajaban de nueve a cinco, ninguno tenía hijos, así que en el edificio siempre habría un relativo silencio. Más que nada, eso era lo que buscaba. Un fin silencioso para mi triste y ridícula vida.

miércoles, 14 de junio de 2006

Ideas sencillas

“Instrucciones para una vida en el nuevo milenio” es un escrito del Dalai Lama


1.- Ten en cuenta que los grandes amores y logros entrañan un gran riesgo.

2.- Si pierdes, no pierdas la lección.

3.- Aplica las tres erres:
Respétate a ti mismo.
Respeta a los demás.
Responsabilízate de tus acciones.

4.- Recuerda que, a veces, no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.

5.- Aprende las reglas para que sepas incumplirlas cuando conviene.

6.- No permitas que una pequeña discusión empañe una gran relación.

7.- Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma inmediatamente las medidas necesarias para corregirlo.

8.- Pasa algún tiempo solo todos los días.

9.- Abre tus brazos al cambio, pero no abandones tus valores.

10.- Recuerda que, a veces, el silencio es la mejor respuesta.

11.- Vive una buena vida honrada. Después, cuando seas mayor y mires hacía atrás, serás capaz de disfrutarla de nuevo.

12.-Un entorno de amor en tu hogar es la base de tu vida.

13.- Cuando no estés de acuerdo con tus seres queridos, preocúpate únicamente por la situación actual. No hagas referencias a anteriores disputas.

14.- Comparte tus conocimientos. Es la forma de lograr la inmortalidad.

15.- Sé bueno con la madre tierra.

16.- Una vez al año, acude a un lugar al que nunca hayas ido antes.

17.- Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor mutuo es mayor que la necesidad mutua.

18.- Juzga tu éxito en función de aquello a lo que has renunciado para conseguirlo.

19.- Ama y cocina con absoluto derroche.

Estas ideas del Dalai Lama llegaron a mi correo en forma de cadena que condicionaba el efecto beneficioso de las mismas a una serie de reglas que incluía borrarlas inmediatamente sin guardarlas. Pues voy a aplicar la idea número 5, como ya he hecho otras veces en esto de las cadenas, porque creo que es más beneficioso para mí y para los que me rodean compartirlas sin limitaciones. Por mi parte solo añadir que los que quieran son libres de escribirlas en sus blogs, pasarlas sin condiciones a quienes quieran, y lo más importante: aplicarlas a su vida en la medida que deseen. Porque a veces las ideas sencillas son las que mejoran nuestra vida.

lunes, 12 de junio de 2006

Ausencia

Mi ausencia: unas vacaciones, que no fueron tales, y el trabajo, que me ha absorbido más de lo deseable. Acostumbro a trabajar para vivir, y no a la inversa, pero últimamente he tenido que sacrificar el tiempo que dedicaba a mi navegación en la blogosfera por temas laborales. Ahora, ya estoy de vuelta. No con todo el tiempo que desearía poder dedicaros a tod@s vosotr@s y a esta casa, aunque sí espero que con el suficiente para poder volver a navegar sin destino y a atracar en vuestros puertos. Es un placer compartir este espacio con vosotros y vuestros comentarios. Un placer que disfruto y espero disfrutar durante mucho tiempo.